Todo sector tiene sus propios canales de comunicación, su legislación, sus procesos, sus perfiles de profesionales, sus necesidades de infraestructuras, y todo ello afecta a la viabilidad de un proyecto y, por consiguiente, a su diseño.
Estar en un sector u otro afecta nuestro proyecto. Por ello es importante estudiarlo, de la misma manera que hemos hecho con el territorio (ver entrada sobre las Variables Externas). Dependiendo del proyecto que queramos empezar es posible que debamos analizar varios sectores, no sólo uno. Desde el del patrimonio cultural y natural, las artes visuales o plásticas, las escénicas, la música, el sector audiovisual, el literario, hasta el de las fiestas, la cultura popular, el turismo cultural o el de la participación ciudadana: todos tienen sus dinámicas. Como dinámica debemos entender: su manera de moverse por las redes o de acercarse a su público objetivo; la legislación que le afecta; sus procesos; el tipo de perfil profesional que trabaja en él; las infraestructuras que necesita; cómo se interrelaciona con otros sectores (culturales, políticos, sociales…). Cuanto más datos más podremos saber de la viabilidad de un proyecto antes de ponernos a diseñarlo y redactarlo.