Cuando entramos en fase de ejecución de un proyecto debemos tener en cuenta la planificación del mismo. ¿Por dónde se empieza? No se trata sólo de “pinchar” en el calendario aquellas actividades que tenemos previstas realizar, porque las actividades no se ejecutan solas: requieren de preparación, de difusión, de control, de evaluación, y eso se desglosa en tareas necesarias para “antes”, “durante” y “después” de la actividad. Tareas que empiezan y se acaban y que tienen una duración determinada. Tareas que se asignan a un responsable. Tareas que pueden solaparse en el tiempo. Si las ordenamos, podremos saber, entre otras cosas: si somos capaces de llevarlas a cabo con los recursos que tenemos o si necesitamos refuerzos; o si existen tareas que sólo puede empezar si acaban otras y que, por tanto, nos van a definir la duración mínima del proyecto. Por suerte existen herramientas que nos ayudan a visualizar mejor un listado de tareas y su reparto en el tiempo. Bien llevada, una planificación nos puede permitir llevar varios proyectos a la vez utilizando los mismos recursos, pero hay que vencer la pereza de ponerse a ello y el bloqueo por utilizar programas que nos pueden parecer complicados, pero que no son más difíciles de usar que cualquier aplicación de móvil (los llamados diagramas Gantt, Pert o Roy). ¿Necesitas una introducción a los sistemas Gantt, Pert o Roy?