Fases de un proyecto

Todo proyecto tiene sus fases, desde el análisis previo hasta su ejecución, y en todas ellas se genera documentación que hay que gestionar.

Todo proyecto tiene diferentes fases y todas ellas tienen su importancia. ¿Por qué digo esto? Porque en todas ellas se genera trabajo y este debería cobrarse. Dicho esto, cuando alguien nos pide nuestra « opinión » sobre una idea o concepto es porque para quien pregunta, esta opinión vale algo, y nuestra respuesta estará basada en conocimiento, experiencia y, cómo no, en capacidad creativa. Aclarado lo anterior, cabe añadir que con una «opinión» estamos empezando a validar una idea, y esto constituye la primera fase de todo proyecto. A partir de ella, le sigue la fase de esbozo, similar a lo que en términos empresariales se llama un CANVAS: un documento con el cual se plantean, básicamente, los recursos disponibles y los necesarios, de dónde van a venir los ingresos y cuáles van a ser los gastos. Después del esbozo viene el anteproyecto, más adelante se desarrolla el proyecto de ejecución y, por último y no menos importante, se redacta el proyecto realizado o, como lo llaman los arquitectos, el As Built, palabra prestada del inglés y que significa «tal y como se ha construido o ejecutado». En la gestión de proyectos patrimoniales, por ejemplo, y adoptando esquemas del sector constructivo, podríamos decir que: la idea se desarrollaría en una primera visita de obra; el esbozo con la redacción de una oferta de estudios previos; el  anteproyecto desarrollaría una primera propuesta de posibilidades en función de los resultados obtenidos con los estudios previos; el proyecto ejecutivo incluiría el planning temporal, la valoración económica, las especificaciones técnicas y los documentos gráficos necesarios para visualizar el proyecto; y finalmente, el As Built sería la «foto final» de lo que se ha hecho, modificado, adaptado, pensado y repensado. En términos de un taller de grabado y planteando un ejemplo más concreto, las fases de un proyecto serían: plantear un workshop; decidir en qué espacio, para qué usuarios, de cuántas horas de duración; estudiar el cómo hacer viable el workshop, con qué profesores, con qué ingresos contamos para pagar qué gastos; definir la metodología del workshop, distribución de los usuarios en el espacio, temporización de tareas, contactar con proveedores de materiales; y por último, redactar la memoria de la actividad, evaluando el impacto social y cultural, el cumplimiento de objetivos y el nivel de visibilidad de la propuesta. En definitiva: muchos documentos, mucha gestión.

Inés Legemaate

Inés Legemaate encabeza Geztio desde el año 2016. Diplomada en Arquitectura Técnica en Ejecución de obras y en Restauración y Conservación de bienes culturales, y licenciada en Ingeniería en Organización Industrial (especialidad edificación), es una persona tenaz, con sensibilidad por el patrimonio y con afán por los retos.

This Post Has 2 Comments

  1. gaby

    Muy instructivo, me ha aclarado conceptos. Muchas gracias!

    1. Inés Legemaate

      Perfecto! Me alegra. Seguiremos con el tema del diseño de proyectos durante unas cuantas sesiones más, así que espero que puedas seguir aprovechando estas entradas.

Leave a Reply