Definir las acciones de un proyecto

Definir las acciones de un proyecto requiere una buena descripción del mismo y una justificación. Para esto último ayuda pensar en responder a todas las preguntas que se hará el usuario o el cliente antes de decidir participar en una actividad o aceptar un proyecto: qué resolvemos, cuándo lo haremos, dónde, cómo, cuánto cuesta, cuánto tiempo, para quién lo diseñamos.

Es importante tener en cuenta cuando se trata de definir las acciones de un proyecto, que aunque estas derivan de los contenidos, de las estrategias y de los objetivos, se pueden empezar a definir después de los contenidos y de los objetivos, y que, aunque las acciones ayudan a conseguir objetivos, estas también tienen sus propias metas. Dicho esto, hay que considerar que existe una jerarquía de actividades: las generales, que son las que aportan el sentido; las complementarias, que derivan de las generales y que dan riqueza; y los servicios derivados, que dependen de las generales y las complementarais y que facilitan el desarrollo de la propia actividad. Todas ellas deben describirse y justificarse, para lo cual ayuda pensar en responder a todas las preguntas que se hará el usuario antes de decidir participar en una actividad: qué, cuándo, dónde, cómo, cuánto cuesta, cuánto tiempo, para quién. Escoger por qué medios difundir las acciones también es importante (redes, prensa, agenda cultural), así como pensar en las cuestiones organizativas del propio equipo de trabajo: quién hace qué y quién se responsabiliza de ello. Por último: tener un plan B por si falla la primera propuesta. Siempre preparados. 

Inés Legemaate

Inés Legemaate encabeza Geztio desde el año 2016. Diplomada en Arquitectura Técnica en Ejecución de obras y en Restauración y Conservación de bienes culturales, y licenciada en Ingeniería en Organización Industrial (especialidad edificación), es una persona tenaz, con sensibilidad por el patrimonio y con afán por los retos.

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